El 22 de noviembre se celebra el Día de la Flor Nacional: el ceibo, que en Argentina fue declarada como flor nacional en 1942.
En 1910, año del centenario de la Revolución de Mayo, un grupo de biólogos integrado por Ángel Gallardo, Eduardo Holmberg, Miguel Lillo, Juan Domínguez y Cristóbal Hicken presentó una propuesta al gobierno para elegir una flor nacional.
Pero fue recién en 1928 cuando una revista realizó una encuesta de la que participaron casi 8 mil personas que eligieron a la magnolia como flor nacional. Sin embargo, Martín Doello Jurado, entonces director del Museo de Historia Natural, rechazó el veredicto porque no se trataba de una especie autóctona.
Dos años más tarde, el diario La Razón hizo otra encuesta en entre más de 20 mil personas y se eligió al ceibo.
En 1941, el gobierno nacional y el Ministerio de Agricultura conformó una Comisión Nacional encargada de designar cuál flor reunía los méritos suficientes para la representación local.
Un año después el Gobierno decretó al ceibo como Flor Nacional Argentina mediante el Decreto Nº 13.847 y en 2008 se estableció el 22 de noviembre como el Día Nacional del Ceibo.
Erythrina crista-galli: cómo es la flor de Ceibo
Su nombre genérico es Erythrina crista-galli. “Erythros” significa rojo en griego, en referencia al color de la flor, mientras que “crista-galli” señala la similitud con la cresta del gallo.
El árbol del ceibo es autóctono de América latina, en especial de Argentina, Uruguay -donde también es la flor nacional-, Brasil y Paraguay y florece de noviembre a febrero. Las flores pueden llegar a medir entre 6 y 10 centímetros.
Por lo general, el árbol del ceibo crece en las orillas del Paraná y del Río de la Plata, pero se lo puede hallar también en zonas cercanas a ríos, lagos y zonas pantanosas. Puede alcanzar los 20 metros de altura, tronco robusto, de corteza persistente y asurcada y follaje caduco, aunque en estado -como a orillas del río- no pasa de ser un arbusto.
La flor del ceibo en las monedas argentinas
Actualmente, las monedas emitidas por el Banco Central pertenecen a la Línea Peso Árboles, que son acuñadas con las imágenes de árboles autóctonos. Sin embargo, el ceibo no aparece en ninguna de las monedas que circulan.
El Jacarandá, el Palo Borracho, el Arrayán y el Caldén son los árboles que figuran en las monedas de $1, $2, $5 y $10, respectivamente.
La leyenda de la flor del ceibo
De acuerdo a la tradición oral, la flor del ceibo nació cuando Anahí, una joven guaraní, fue condenada a morir después de un combate entre su tribu y el ejército invasor.
Según la leyenda, la niña cantaba y los pájaros callaban para escucharla. Pero cuando los invasores la capturaron y la condenaron a morir en la hoguera, detalla la página del Ministerio de Cultura, “Anahí comenzó a cantar. Era como una invocación a su selva, a su tierra, a la que le entregaba su corazón antes de morir”.